El horario del buffet nos tranquilizó: de lunes a domingo de 9 de la mañana a 9 de la noche, eso garantizaba que siempre habría comida.
No nos habían mentido, dijeron que podríamos comer todo lo que quisiéramos hasta hartarnos, también dijeron que podríamos dormir todo el rato, ver películas sin fin y aquel que quisiera no tendría ni que trabajar.
Todo estaba permitido y aquello que significaba esfuerzo, educación y sacrificio se anuló.
Pero las cosas no iban bien, por algún extraño motivo había gente que andaba todo el día por ese excéntrico hotel buscando la salida y decían tener sus propias ideas y querían contrastarlas con los demás, algunos hasta llegaban a decir que querían trabajar.
Pero lo peor fue aquel día, oímos sus palabras, siempre nos habían convencido y tranquilizado pero ese día no nos llenaban, por alguna extraña razón no nos parecieron verdad, solo querían adormecernos.
Lo único que pretendían a través de sofisticados y elaborados discursos era convencernos de lo que fuera para seguir allí……..
Muchos, aun así decidieron quedarse, les daba igual mientras tuvieran comida y comodidades, otros sin embargo decidieron salir…
La Libertad y sobre todo el construirnos libres es una tarea muy difícil, se trata de asumir nuestras responsabilidades y respetar los derechos de los demás al mismo tiempo que intentamos ser las mejores personas posibles.
Trabajo de gigantes que tiene como opuesto ser esclavos de nuestras debilidades, resignaciones e imposiciones externas.
Los que salieron del hotel iniciaron una nueva vida, pudieron construir nuevas casas y establecerse, trabajaron, sufrieron y lucharon…fueron felices.
Los que se quedaron pasaron sus días comiendo, bebiendo, durmiendo pero habiendo hipotecado su voluntad.
Dicen que cuando se morían todos decían lo mismo: “Debí intentarlo”.
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