Se encuentra en un lateral de la entrada más importante a nuestro Arroyo desde Valladolid. Puede que solo sea el límite de Valladolid con nuestro pueblo, al fin y al cabo, los lands-marks siempre son la unión de dos partes, pero también simboliza la Unión Europea.
Han sido fundamentalmente tres los intentos de unir Europa. El primero la creación del Sacro Imperio romano-germánico, con Carlomagno. Después, un masón Kalergi, propone un intento que acaba como el Rosario de la Aurora, provocando un cisma entre países de la unión con tinte xenófobo.
El tercero, en principio, tuvo un interés económico, era la Comunidad del Carbón y el Acero, tratado de libre mercado, que suprimía fronteras para materias de primera necesidad, consiguiendo dotar a la comunidad de los dos bienes que tras la guerra alemana más se necesitaban. Su principal promotor, también masón y muy religioso Jean Monet, recogió en apasionantes memorias, su capacidad de luchar convenciendo. A este intento se suman Schuman y Konrad Adenauer, los llamados padres de la Unión Europea.
Y aquí vienen mis dudas. Se me encargó el diseño en Palencia de la Plaza de Europa, entre bloques de viviendas que ocupaban los terrenos del viejo matadero. Proyecto un trazado cerrado compuesto por dos formas que representan en simbología, la perfección de la Unión. Son dos cuadrados con un eje común girados noventa grados. Pero mucho me temía, ya entonces, que la perfección se acabaría rompiendo cuarenta años después.
Tras veinte años, asisto a un debate en la universidad de León entre un reconocido europeísta, Paco Sosa Wagner catedrático de administrativo, que dio una rueda de prensa con un pepino en la mano, en la época en que los franceses principalmente nos desparramaban las hortalizas en el asfalto. Junto al Profesor Sosa un joven economista liberal Daniel Lacalle, con tesis contraria, anunciaba El Brexit como deseo de Inglaterra.
A Lacalle le perdieron las formas, pero no la razón. Inglaterra salió de la Unión y mis dos cuadrados girados, símbolo de perfección, perdieron uno de sus lados. Mi temor y diseño, pasaron de ser una entelequia a una realidad.
Esa fue mi historia de una Europa diseñada, a lomos de un toro blanco.
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