Nos encontramos, de nuevo, en plenas fiestas patronales de La Flecha, sin duda, las de mayor presupuesto municipal y las más conocidas y visitadas por los forasteros que, año tras año, se multiplican para venir a disfrutar de tal evento. Es impresionante ver la plaza de España abarrotada de personas, que mira que caben, y transitar por los alrededores con el olorcillo a las planchas que nos invitan a degustar ese pack de bebida y pincho de feria, indicativo sin equa non para sentirnos en un verdadero ambiente festivo.
Supongo que la razón de que tantos visitantes nos acompañen estos días pueda ser que, al ser una de las primeras fiestas importantes de la provincia, todo el mundo tenga unas ganas locas de empezar ya a disfrutar del inminente ritmo jocoso del verano. Sin embargo y, analizando un poco al patrón al que se rinde culto, San Antonio de Padua que, por cierto, es también el patrón de Lisboa y Padua, resulta que a este Franciscano se le atribuye una práctica algo humorística, pero común en muchos países, que es la de colocar su figura cabeza abajo hasta que el santo conceda la petición de encontrar pareja. También he leído que, en algunas culturas, las solteras ofrecen 13 monedas a San Antonio, una tradición que no solo persigue su ayuda en la búsqueda de pareja, sino también su bendición en la estabilidad económica y emocional de la relación futura. Este y otros relatos similares han cimentado la reputación del santo como un poderoso intercesor en asuntos amorosos. Debido a todo esto, en numerosos lugares, se le conoce popularmente como «el santo de las solteronas”.
Así que amigos, habrá que pensar que oye, igual tanta afluencia de gente por nuestro territorio tenga también que ver con la siempre complicada y controvertida búsqueda del amor.
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