Hace mucho calor y las temperaturas seguirán así durante parte de agosto. Arroyo ha padecido dos olas de calor casi seguidas que no han dado tregua a finales de julio y principios de agosto. A las 10 de la mañana del 29 de julio ya se notaba que el calor empezaba a apretar en la plaza de España de La Flecha. La escasa gente que podía verse se apresura para comprar el pan y hacer los recados antes de que empiece a calentar el sol con más fuerza. A la una de la tarde apenas quedan paseantes en esta zona y los pocos que hay se preparan para refugiarse en casa o ir a la piscina. «No salgo a la calle en las horas de más calor. Me quedo en casa con el aire acondicionado o un buen ventilador», explica Sandra, que no es mucho de ir a la piscina. «Lo mejor es irse de vacaciones», apunta Silvia. Aurelio Pérez se resguarda a la sombra en un banco para huir del calor. «Estos días soporto el calor como puedo», comenta, «a ser posible a la sombra, pero procuro no salir por la tarde e intento mantener la casa fresca, bajando las persianas por la mañana y abriendo toda la casa con corrientes por la noche». Begoña, la cartera, lo tiene algo más complicado, trabaja en la calle, y no tiene acceso a aire acondicionado o un ventilador por lo que sus mejores aliados son «madrugar para que no me pille todo el calor y beber mucha agua, no tengo otra» asegura. «En verano lo llevo peor que en invierno», explica. «Salimos antes a la calle y en caso de que se superen los 38 grados hay que volver a la oficina», explica. Sonia, por su parte, comenta que teletrabaja, pero estos días hace demasiado calor en casa y sale a tomar un café y hacer los recados. Son dos trabajadoras que tratan de combatir el calor durante la jornada laboral. Ambas coinciden en que «con tanto calor es más difícil de llevar».
A última hora de la tarde, las terrazas y chiringuitos se convierten en una buena opción para huir de las altas temperaturas. Es la mejor forma de combatir las denominadas noches tropicales donde el calor no da tregua y dormir para obtener un buen descanso es una misión imposible.
Pero como en todo, también hay a quienes este calor no les afecta tanto, y que incluso les gusta, como a Carlos, que le encanta ir a la piscina y disfrutar del verano. «El invierno es demasiado largo y las piscinas son un buen lugar para refrescarse y aliviarse del calor», aunque reconoce «que ha habido unos días donde el calor ha sido excesivo».
Mascotas
El paseo con las mascotas también se ha visto alterado. María sigue sacando a Leo tres veces al día, pero lo hace más temprano por la mañana, y más tarde por la noche y al mediodía le da un buen remojón para que salga fresquito y pueda pasear sin sufrir las altas temperaturas.