La verdad es que, a los que disfrutamos viendo todo tipo de deportes, estamos de empacho emocional estos últimos días y es que, sin duda, no hay nada como unas Olimpiadas para vibrar y pasar horas y horas delante del televisor. Esta vez, tenemos hasta tres canales simultáneos para que no nos perdamos ningún acontecimiento en el que los nuestros pelean por llevarse alguna de las tres codiciadas medallas. Reconozco que, en esta ocasión, estoy viendo deportes que nunca antes me habían llamado la atención. Supongo que a muchos de vosotros os estará pasando igual. ¿Quién no ha visto a nuestras chicas del 3×3 Basket darlo todo? Qué curiosa esta nueva disciplina deportiva a la que llamábamos ‘pachanga’ cuando jugábamos en el barrio, je, je. Y ¿qué decir del Kayak slalom? ¡divertidísimo verlo! El fútbol femenino y masculino, el vóley playa, el hockey, el judo, el boxeo, el siempre vibrante balonmano, baloncesto, la vela, gimnasia, saltos de trampolín, natación… Un no parar, la verdad, de disfrute, viendo tantas y tantas pruebas con el talento, el esfuerzo y la emoción con la que lo viven, absolutamente, todos los deportistas. Las lágrimas de desesperación de Carolina Marín, tras su lesión, nos han salpicado a todos y encogido el corazón.
Pero, está claro, que el atletismo, con todas sus pruebas, es y será siempre el rey en las Olimpiadas. Y aquí, sí quiero destacar dos nombres que han conseguido un hito histórico: María Pérez y Álvaro Martín, que han conseguido dobles medallas, tanto en sus pruebas individuales como en la del relevo mixto que, ha sido espectacular y nos ha llenado de entusiasmo y excitación, sobre todo al ver el abrazo que se han dado y como lo han celebrado en la misma línea de meta.
Desde aquí, sólo quiero expresar mi admiración por todos y cada uno de los deportistas que se dejan la vida para ofrecernos este maravilloso espectáculo que nos colma de ilusión y de energía y que nos enseña tanto de cómo poder afrontar los retos que se nos presentan en nuestra vida diaria y cotidiana. GRACIAS.
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