El Club Deportivo Voleibol Arroyo lleva más de diez años formando a los jóvenes del municipio. Tras haber montado una escuela en Zaratán, José María García e Íñigo Torres, presidente y vicepresidente, decidieron montar su propio club.
Los comienzos no fueron fáciles. Al no haber instalaciones suficientes, los primeros años entrenaron en el patio exterior del CEIP Margarita Salas con un grupo muy pequeño de universitarias. Hoy en día, la cosa ha cambiado, el club ya cuenta con 160 jugadores, en su mayoría chicas, y más de 10 entrenadores. «Estamos muy contentos del crecimiento que estamos teniendo, por primera vez hemos tenido que hacer dos equipos de jugadoras del mismo año en varias categorías e incluso decir a varias chicas que no teníamos huecos en ningún equipo. El ‘boom’ es prácticamente inexplicable», comenta Íñigo Torres.
El caso de los chicos es totalmente contrario, el club cuenta con muy pocos en sus filas y cada año se esfuerza por mantenerlos, «Los chicos no juegan al vóley por varias razones, en primer lugar, en este deporte se buscan chicos altos y físicamente fuertes, esto provoca que el baloncesto y balonmano sean nuestra competencia directa y se decanten por ellos muchas veces, y en segundo lugar, creo que no se trabaja lo suficiente en categorías inferiores para crear grupos que vayan creciendo juntos durante los años», explica Íñigo.
A pesar de ello, el club está contento de la familia que está formando, «Nuestras chicas de 2011, el año pasado, consiguieron quedar séptimas de sesenta en su categoría y las de 2008 también quedaron entre las seis primeras. El vóley femenino se está convirtiendo en un deporte, que cada vez es más atractivo».
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