MARISOL VILLARREAL. Grupo de Danzas Aire castellanos
Marisol lleva Arroyo en la sangre. Su madre nació y se crió en La Flecha y su padre en Arroyo. Desde los seis años baila en el grupo de danza Aires Castellanos, desde donde lleva el folclore castellano por toda España y el extranjero. Lleva con orgullo el traje de castellana que su abuela Perpe se hizo cuando fue Águeda mayor y ella lo aprovecha para bailar y «tener ese recuerdo de mi abuela». Lleva más de 35 años bailando y gracias al baile ha conocido a mucha gente de todas partes que han venido al pueblo a mostrar su folclore. «En Arroyo tenemos la suerte de tener hombres que bailan, que se apuntan desde pequeños y siguen bailando de mayores, aunque no es lo normal. En general cuesta bastante que los chicos se apunten a los bailes regionales. Ahora tenemos niños pequeños y seguimos luchando para que cada vez sean más». Es una de sus reivindicaciones «porque las mujeres poco a poco nos hemos encaminado a hacer los trabajos que antes hacían sólo los hombres, Pero todavía falta que los hombres se animen a hacer lo que se considera de mujeres». «Por ello», continúa «son necesarias iniciativas como ésta donde las mujeres son las protagonistas, ya que se tiende a quitar importancia al trabajo de las mujeres»
La memoria de su infancia la lleva a la vaquería de Arroyo y a la finca de la señora Maite en La Flecha. Vive con nostalgia los viejos tiempos cuando todos se conocían y las mujeres salían a la puerta de casa a echar una parrafada, aunque es consciente de que Arroyo ha evolucionado mucho y que ahora hay servicios que no se tenían hace 30 años. «La Flecha estaba sin asfaltar y los días de lluvia tenías que ir con las botas de agua por todo el barro y antes de entrar en el cole nos poníamos los zapatos». También echa de menos las fiestas de antaño, cuando todos se conocían. «Éramos todos peñistas y se vivían de otra manera, más familiares. Ahora viene muchísima gente y está bien, pero no es lo mismo. Aun así, hemos sabido mantener las tradiciones de las rosquillas y en La Flecha seguimos con los panes del santo y los encierros».