MARÍA LUISA DEL HIERRO. Está en proceso de superación de un cáncer
Tiene 51 años, está en tratamiento y con una incapacidad temporal debido al cáncer de mama que está superando.
Su diagnóstico llegó en 2017 como un jarro de agua fría, aunque ya sabía que algo podía tener porque de cinco personas de su unidad familiar cuatro han tenido cáncer y dos fallecieron, su padre y su hermana. “Cuando me lo dijeron ya sospechaba algo porque tenía bultos, pero lo primero que pensé es cómo se lo iba a contar a mi madre porque acabábamos de perder a mi hermana con 37 años y a mi padre”, recuerda. Luego, poco a poco, asegura que lo fue llevando porque “ya había pasado por ello antes”.
Su marido, sus tres hijos y su entorno lo supieron desde el primer momento y María Luisa reconoce que “como mujer es fundamental contarlo para que la gente sepa que vas a necesitar que tiren de ti, que te saquen de casa”.
De quimio recibió cuatro ciclos y sus defensas mermaron, pero nunca se rindió porque en casa contaba con mucho apoyo. Ahora, en pleno proceso de superación del cáncer de mama que ha cambiado su vida, destaca la importancia de ser fuerte. “No se puede dar ningún consejo a alguien que tiene cáncer, es muy difícil, pero lo primero es que busquen apoyo en su entorno o donde puedan, pero es fundamental”, asegura. Además, insiste en que el diagnóstico tiene que ser temprano para una mayor supervivencia a la enfermedad, “cosa que ahora, tal y como está la situación de la Sanidad, no está ocurriendo”.
Sabe que su lucha, como la de otras tantas mujeres, no caerá en saco roto. Continúa con el tratamiento hormonal y tiene que finalizar la reconstrucción mamaria. “Superar un cáncer te hace más egoísta porque piensas en ti primero. Tengo tres hijos y pensaba mucho en ellos, pero el egoísmo aflora porque necesito cuidarme yo para luego poder cuidar a los demás. Se puede llamar egoísmo pero es un poco supervivencia”, comenta.