Un año más y ya son diez, la plaza cubierta de Arroyo se ha llenado de mujeres y algún que otro hombre, para compartir una pasión común, los encajes y bolillos. Se trata de un antiguo oficio artesanal para el que se precisa mucha maña, paciencia y habilidad con el que entretejen hilos enrollados en los bolillos con el que consiguen crear delicados encajes de seda, hilo, algodón. En Arroyo esfera se vieron abanicos, paraguas, manteles, servilletas, encajes para adornar vestidos, pañuelos y lencería, visillos, e incluso marca libros, collares y pulseras.
Asociaciones de encajes y bolillos de toda España se dieron cita en Arroyo, que durante el primer fin de semana de marzo se convierte en el epicentro nacional de los encajes y bolillos impulsado por el club de ‘Labores Mil agujas’ y que cuenta con el respaldo del Ayuntamiento de Arroyo. El alcalde, Sarbelio Fernández acompañados de la concejal de Cultura Ana Sánchez y el presidente de la Diputación Conrado Íscar no quisieron perderse este encuentro que ya cumple su décima edición y a la que acuden cientos de visitantes y aficionados a los bolillos atraídos por los puestos donde pueden encontrar materiales e ideas para sus nuevos proyectos. Además, tienen la oportunidad de ver en directo el trabajo de mujeres procedentes de los mejores centros encajeros de España, que han conseguido que no se pierda una tradición que se desarrolló en el siglo XVI en Italia, hizo famoso Flandes y España consiguió una industria floreciente exportando sus diseños a toda Europa.
Reconocimientos
El Encuentro, además, otorga sus reconocimientos al mejor puesto, que ha sido para El Boixet, de Tarragona, la palillera más veterana, para Lucía Barroso, de 91 años, de la Asociación Medieval Encaje de Bolillos (Ávila). La bolillera más joven, de 9 años, ha venido de la localidad cántabra de Reinosa y la mejor labor ha sido para en el grupo de Encajeras de la Asociación Ciudad de Oviedo.