El pasado 29 y 30 de junio, el club deportivo ‘La Senda de Arroyo’, realizaba su rutinario viaje a tierras asturianas para realizar el desafiante, a la par que divertido, descenso del Sella y atravesar el mágico sendero de Piloña.
De esta forma, se pone fin al primer tramo de la temporada de desplazamientos, para realizar un breve parón que durará hasta el 7 de septiembre. A la vuelta de las minivacaciones y con las pilas bien cargadas, el club de senderismo pondrá rumbo a León para pasear por los puentes de Malpaso, ascender a la cumbre del Pico Catoute y conocer los canales romanos de Las Médulas en un viaje de 3 días de duración.
Ruta por Asturias
En su última aventura por la ‘Tierrina’, el primer contratiempo no tardaría en llegar, Arriondas les daba su particular bienvenida en forma de lluvia. A pesar de ello, para detener a ‘La Senda de Arroyo’ se necesita mucho más que 4 gotas y el descenso por un caudaloso río Sella comenzaba con los ánimos por todo lo alto. Cada uno a su ritmo, unos con más paradas que otros por los chiringuitos de la orilla, y luchando contra los rápidos armados con palas, tras alrededor de 4 horas remando llegaron a Ribadesella, punto y final del recorrido.
Después del esfuerzo realizado, las tripas les comenzaron a rugir, por lo que tocaba llenar el estómago mediante la tradicional cena de hermandad. Para ello se desplazaron hasta Colunga, donde pudieron disfrutar de cabrito asado o bacalao como platos principales y un exquisito arroz con leche para cerrar una cena más que necesaria. Antes de irse a dormir, la expedición arroyana decidió de manera inesperada realizar la última ruta del día, una un poquito diferente, con el objetivo de conocer el ocio nocturno de la villa de Colunga.
A pesar del cansancio acumulado, su segundo día fue bastante más simple, La Senda de Arroyo atravesó el sendero de Piloña, una sencilla ruta de alrededor de 10 kilómetros custodiada por diferentes seres de fantasía y algunos animales emblemáticos de la fauna asturiana como el ‘Busgosu’.
La ruta discurre paralela al río y acaba en el área recreativa de La Cueva, muy cerca de Infiesto. Allí, el club de senderismo antes de poner rumbo a Valladolid aprovechó para hidratarse y disfrutar de los éxitos de los 80 y 90.