SOLEDAD VALENCIA. Peluquería Valencia
Entre tijeras, tintes y secadores se crió y continúa amando la profesión que, según cuenta, le ha dado todo en la vida. “Siempre he sido peluquera y es lo que más me gusta”, afirma Sole Valencia, quien empezó en la profesión con apenas 12 años por herencia paterna. Su padre es su maestro y trabajó con él desde los 15 años.
Los veranos se iba a la academia de peluquería a aprender y reconoce que varias veces le invitaron a no ser peluquera, pero su pasión pudo más y apostó por ello.
Una peluquería que su padre centró en hombres y se inició en el corte a mujeres y que ella, al coger el relevo, reforzó. “Mi padre era barbero y cuando Arroyo empezó a tener mayor presencia femenina entre sus habitantes hizo un curso de señoras. Cuando empecé yo continué con el corte de mujer y mi padre terminó aparcando a los hombre para centrarse en ellas”, recuerda.
Siempre han estado en el mismo sitio, en la calle Esperanza número 16, y por su negocio han pasado casi todas las señoras del municipio. “Arroyo ha sido un pueblo muy abierto en cuanto a la mezcla de hombres y mujeres en negocios tradicionalmente masculinos y no tuvimos ningún problema cuando venían de ambos sexos a cortarse el pelo”, asegura sentada en la butaca en la que sienta a sus clientas.
Un mechón morado destaca entre sus rizos y la luz que entra a través de la persiana de la peluquería alegra su ya simpática cara. Explica contundente que el mundo de la peluquería ya no es, como era antaño, solo de hombres. “Ahora mismo hay muchas maestras peluqueras pero tenemos el parón de ser madres, como en cualquier profesión, que a veces ralentiza nuestro crecimiento profesional”. A ella le tocó contar con los abuelos de sus hijos para poder conciliar, incluso su marido tuvo que dejar de trabajar para cuidar de los niños.
Agradece a su padre las lecciones de peluquería que le ha dado y que le brindase la oportunidad de ponerse al frente del negocio familiar. “Cuando cogí el relevo había mucha gente que me decía que no iba a poder llevarlo yo sola, pero por supuesto que sí, con dos ovarios llevo la peluquería”, remata convencida de que “el futuro es en femenino y si nosotras hay negocios que no tendrían vida ahora mismo”.