ANA Y ELENA. Propietaria de la Librería Trazos
Elena Villares y Ana García, química e ingeniera forestal respectivamente, trabajaban en el sector de la automoción y de la construcción, pero no estaban satisfechas y cuando vieron el traspaso de una librería-papelería cercana a su casa, no se lo pensaron y decidieron ponerse por cuenta propia. «Trabajaba en una fábrica en Medina de Rioseco y hacía muchas horas», explica Elena, «y con dos niñas pequeñas tenía poca vida familiar, la verdad; Ana estaba en una situación parecida y por eso decidimos embarcarnos en esta aventura».
Once años después siguen con el negocio y no se arrepienten, «aunque es una montaña rusa. Hay momentos muy buenos y otros muy malos, dependiendo de la época del año». Ambas trabajaban en dos sectores muy masculinizados, y fueron pioneras, en acceder a cargos de responsabilidad en esos sectores. Pero no compensaba. «Viajaba mucho, salía a las ocho de la mañana y volvía de noche», explica Elena. La misma sensación tenía Ana. Son cuñadas y siempre supieron que el proyecto iba a ser conjunto. Buscaban algo distinto, pero no se decidían hasta que vieron el cartel ‘Se traspasa’ cerca de su casa. Hicieron números, se pusieron el delantal y se arremangaron las mangas para convertirse en emprendedoras. «No nos vamos a hacer ricas, pero podemos compaginar mejor el trabajo, el ocio y la familia, porque unas veces venimos juntas, otras veces una viene por las mañanas y otra por las tardes. Vamos trabajando en función de las necesidades y eso es lo que perseguíamos cuando decidimos emprender».
Ana y Elena han transformado una tienda en un lugar acogedor, punto de encuentro de los vecinos de La Vega. Desde su inicio organizaron cuentacuentos y talleres de manualidades para atraer a sus vecinos y convertirse en el lugar que es hoy, un centro de reunión y de fomento de la lectura y la creatividad.