Con el número 123 en su bikini, Virginia subió al escenario para dar lo mejor de sí misma. Controló que su pose fuese perfecta, que su gesto mostrase confianza y determinación y que su pelo y maquillaje estuviesen impecables. Y así fue. Tras la valoración de los jueces, se alzó con la medalla de oro en el overall de Bikini fitness Máster en el campeonato internacional Diamond Cup de Lusofonia en Póvoa de Lanhoso, Portugal.
Pero la vinculación de esta arroyana de 38 años con el deporte viene de años atrás. «Antes de conseguir esta medalla he pasado por muchos campeonatos, desde regionales hasta nacionales, y eso me ha dado las tablas suficientes para conseguir este título», confiesa. Virginia Blanco García estudió un ciclo superior de Actividades Físicas Deportivas y realizó varios máster específicos con los que consiguió centrarse en lo que más le gustaba: el culto al cuerpo.
El deporte pasó a formar parte de su vida y, a medida que pasaba el tiempo, tenía mayor presencia en su día a día. «Yo daba clases y bailaba, por lo que siempre estaba haciendo ejercicio, casi desde los 20 años llevo yendo al gimnasio como práctica habitual», cuenta. Pero el momento determinante y que le ha llevado hasta donde está ocurrió cuando tenía 28 años. «Me dijeron que por qué no competía, que mi cuerpo cuadraba con lo que se pedía en las competiciones y me empezó a picar el gusanillo», recuerda. En su memoria permanece el recuerdo de cuando comenzó a visualizar vídeos de los campeonatos de fitness. «Veía los cuerpos y pensaba que habría que meterse algo para conseguirlo, pero me di cuenta de que para competir en bikini fitness había que esforzarse mucho y matarse en el gimnasio», explica Virginia.
Una vida entrenando
Lejos de olvidar la posibilidad de competir, la idea rondaba su cabeza de vez en cuando. Hasta que decidió dar el paso en un momento en el que su vida personal se tambaleaba. «No estaba del todo bien y esto fue un aliciente para encontrar la salida que necesitaba. Me di cuenta de que podría ser el principio de una ilusión con la que volver a creer en mí misma», confiesa. Dicho y hecho. Empezó a entrenar con el objetivo de llegar a alguna competición mientras lo compaginaba con su trabajo como entrenadora personal. Poco a poco fue consiguiendo buenas posiciones en los diferentes campeonatos en los que competía. Se proclamó campeona de Castilla y León en Bikini Fitness en 2014, año en el que acudió a más de diez competiciones.
«Fue un día totalmente feliz, pleno, en el que me dí cuenta de que valía para esto y me impulsó a seguir entrenando». Ese año se alzó con un quinto puesto en el Campeonato de España. En 2020 se clasificó para el Mundial y consiguió ser quinta en Máster y sexta en Senior. Además, los campeonatos regionales y nacionales iban haciendo crecer su palmarés.
Ahora, con 36 campeonatos a sus espaldas, reconoce que el camino no ha sido fácil pero sí bonito. «Es guay recordar todas las etapas por las que he pasado y ver cómo he llegado hasta aquí por mí misma», cuenta Virginia. El apoyo de su entorno más cercano ha sido «fundamental para poder lidiar con los momentos de bajón» y su círculo de amistades ha ido cambiando a lo largo de los años. Pero si hay algo en lo que el Bikini Fitness necesita más ayuda de las instituciones es, en su opinión, en la preparación y equipación para los campeonatos. “Los bikinis con los que competimos cuestan alrededor de 500 euros y pueden alcanzar los 1.000, el tinte de la piel son 120 euros si no tienes a nadie que te lo haga, los tacones otro tanto, el maquillaje, la peluquería… Puedes hacértelo tú misma pero el jurado es muy exigente y cuanto más perfecta estés más lo valoran. Por eso creo que tienen que empezar a llegar ayudas como llegan para otros deportes”, confiesa Virginia con el claro pensamiento de que algún día será así.
Su situación actual es de descanso activo, es decir, no entrena el máximo pero mantiene cierta rutina para no perder lo conseguido. ¿El objetivo? Llegar perfecta al Campeonato Europeo que se celebrará el próximo mes de mayo. «Sé lo que tengo que hacer y cómo lo tengo que hacer para ser la mejor, así que me voy a entregar en cuerpo y alma para conseguirlo», concluye esta atleta. Además, anima a todas aquellas mujeres que estén conociendo el deporte y tengan dudas de si sirven para esto o no a que se animen, «porque la vida va de eso, de probar cosas y quedarte con lo que más te gusta».