Las cigüeñas han vuelto por San Blas, por lo que si se cumple el dicho del refranero popular este año no será de nieves en Arroyo. Los vecinos de la zona ya echaban en falta sus vuelos y crotoreos, ese ruido que hacen al abrir y cerrar sus picos a toda velocidad para saludar a su pareja o avisar de amenazas. Pocas aves son tan familiares como estas zancudas que desde hace tiempo decidieron asociarse al hombre en busca de sustento y protección. En Arroyo lo han encontrado con una instalación para su enorme nido a donde vuelven año tras año.
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