Con sus chalecos verdes engalanados con lacitos rosas por el Día contra el Cáncer de Mama, los voluntarios de la Asociación Española Contra el Cáncer en Arroyo vivieron el pasado 19 de octubre una jornada solidaria en la Plaza de España. Allí montaron el puesto de venta y recaudación en el que los arroyanos volvieron a demostrar su implicación con la Asociación.
Pero para entender el punto actual hay que remontarse a hace más de dos décadas. “Los inicios fueron fáciles porque había ganas de ayudar y el pueblo se volcó desde el primer momento. Se podría decir que Arroyo es un pueblo de lo más solidario y es algo de lo que debemos estar orgullosos”. Así resume Yolanda Rodríguez Calvo su trayectoria como delegada de la Asociación Española Contra el Cáncer en Arroyo. Ella, junto a sus compañeros, han conseguido que el municipio se involucre con la AECC.
La decisión de Yolanda de ser voluntaria de la AECC la tomó hace más de dos décadas. “Empecé como si nada, por ayudar y colaborar a hacer visible algo que, de una manera u otra, nos puede tocar a todos”, explica Yolanda. Y así fue. Al poco tiempo, su hija fue diagnosticada con Linfoma de Hopkins y su vida dio un giro drástico. “En ese momento me entregué en cuerpo y alma a cuidarla, pero seguía involucrada con la asociación porque me parecía importante”, recuerda.
Pasados unos años, su vida volvió a frenarse cuando su hija fue diagnosticada de cáncer de nuevo. Pero no sería la última. Su peor pesadilla regresó con otro cáncer en su primogénita. “Creemos que nunca nos puede pasar a nosotros, pero la verdad es que es mucho más frecuente de lo que pensamos que el cáncer nos ataque”, asegura Yolanda. Tras unos años al frente de la delegación de Arroyo, decidió dejar el cargo para “disfrutar de ser voluntaria de otra manera”.
Junto a ella, el matrimonio formado por Soledad Velasco y Julio del Olmo presumen también de una larga trayectoria como voluntarios. “Venimos de Viana de Cega desde hace más de diez años porque nos encanta, no concebimos nuestro día a día sin colaborar”, destaca ella. Sin dejar de poner pegatinas y reclamar la atención de los viandantes hacia el puesto solidario, Sole, como la llaman sus compañeras, reconoce haber llegado a anular viajes por su papel como voluntaria. “Además, este mismo mes he retrasado mi operación de cadera porque veía importante estar con la Asociación en los actos que hay programados”, cuenta mientras sonríe.
Material gratuito
La búsqueda de visibilidad es uno de los objetivo fundamentales de la AECC y Yolanda explica que “solo a través de que nos conozcan podemos ayudar a los enfermos”. Cuenta también algo que “muy poca gente conoce”: el material con el que cuentan en la sede central que está disponible para cualquier enfermo que lo solicite. “Si alguien que ha sido diagnosticado con cáncer necesita una cama adaptada, un urinario o un cojín de drenaje nosotros se lo proporcionamos totalmente gratis, para eso estamos, para hacer su vida un poco mejor”, relata.
Testimonio al que Marina García Villamar, coordinadora de la AECC en Arroyo, responde afirmativamente mientras lo escucha. “Es importante que la gente conozca esta posibilidad porque muchos enfermos no pueden asumir el coste económico de los materiales para recuperarse tras la quimio o las operaciones”, asegura. Vestida también con el chaleco verde y algún que otro lazo rosa, Marina cuenta que se animó a ser voluntaria hace dos años y cómo la pandemia frenó todo. “Estamos intentando poner en marcha la actividad de nuevo, algo que no está siendo fácil pero que conseguiremos con el apoyo de todos”.
Sin duda, el lado más solidario de Arroyo se mantiene con la fuerza con la que empezó, igual que la importante presencia de la Asociación Española Contra el Cáncer en el municipio.