Tras el chupinazo y el tradicional ¡Viva San Juanillo! a cargo del alcalde, Sarbelio Fernández, y la peña ‘Abierto hasta el Amanecer’, que desde el balcón hicieron un repaso de las fiestas de hace no tantos años cuando eran más gamberros y recibían la bronca de sus mayores y ahora suben, cargados de bebés, y convertidos en padres de familia, que se ocupan de transmitir las tradiciones y alegría de unas fiestas sanas a sus hijos.
Después, el desfile de peñas, al son de la charanga, puso el color a las calles de Arroyo, hasta llegar al Parque del Socayo, donde se ubican las peñas, que reciben con hospitalidad a los vecinos. El alcalde y las autoridades visitaron las casetas instaladas en el parque del Socayo para tomar un refrigerio hasta la hora del baile a cargo de la orquesta ‘La Mundial Show’. Es la primera jornada que anuncia cinco días de fiesta y diversión en Arroyo y que este año ni la lluvia, que se ha convertido en protagonista no invitada ha impedido a los arroyanos disfrutar de unas fiestas, que han pasado de ser familiares a multitudinarias.
Día grande
El 6 de mayo, San Juan ante Portam Latinam, es el día grande de Arroyo. Tras la entrega de la ofrenda floral a San Juanillo, por parte de las peñas y autoridades de Arroyo, se celebra la solemne misa al aire libre, con la participación de la Coral Támbara. Después, hombres y mujeres bailan jotas delante del santo.
La recogida de rosquillas de solteras y casadas, con el mozo viejo que saca a bailar a las mozas desde su casa, y el premio a la rosquilla mejor decorada de las solteras es una tradición típica de las fiestas de Arroyo. Tampoco pueden faltar las vaquillas.