Relato corto
A principios de noviembre celebraremos el día de los santos y difuntos recordando a nuestros seres queridos. Todos tenemos personas que nos faltan y a las que echamos de menos y hoy comparto en esta columna un escrito que hice dos años antes de la muerte de mi padre, cuando sabíamos que su enfermedad era irreversible.
En su recuerdo y en el de todos nuestros familiares, amigos, parejas…
¿Cómo será mi primer día sin ti? ¿Y tú primer día sin mí? Estaré en lugares que nunca estuve, porque nunca estuve sin ti.
Lugares nuevos y al mismo tiempo conocidos porque nunca estuve sin ti.
Gente que no conozco pero que al mismo tiempo conozco porque nunca los conocí sin ti.
¿Cómo será el levantarme por la mañana y saber que no estás? ¿cómo será el querer hablar contigo y no poder?
¿Cómo será mi primer día sin ti?
Júrame que estarás donde yo esté, aunque no estés, que vendrás conmigo, que estaremos en esos lugares, juntos, aunque esté solo, que tendré tu recuerdo, tu presencia…
Recordaré cada palabra, cada instante, cada gesto, cada sonido de tu voz, recordaré lo que me dijiste, lo que me dirías…
Estaremos juntos de esta forma, yo solo contigo, tú solo conmigo, recorreremos, así, juntos, los lugares en los que estuvimos, veremos a la gente que conocimos. Nos reiremos solos, tú conmigo, yo contigo.
Cuando me falte el aire te daré la mano, cerraré los ojos y escucharé tu voz, sé que me hablarás porque siempre me hablaste, sé que te escucharé porque siempre te escuché.
¿Sabes? Sé cómo será el primer día… dolerá…
Pero sé que, como siempre, contigo, recorreremos el camino y encontraremos la manera de estando solo, estar contigo.
En recuerdo de nuestros seres queridos.