Esperando la llegada de la carrera para obtener fondos en la “Lucha contra el Cáncer” me acerqué al Hogar del Jubilado de la Plaza Mayor y al lado del bar me encontré mareado. Caminando hacia la meta de la carrera me senté en una jardinera y una señora se dio cuenta de mi malestar. Me ofreció una ayuda que agradecí y decliné por estar mejor de lo que parecía una subida de tensión. Pero aquella buena persona me envió el apoyo de una pareja de guardias municipales para completar su generosidad.
El más alto, el número 8256 y ella la número 8104, la policía que en su labor le acompañaba, dos municipales amabilísimos que interesándose por mi estado me atendieron, incluso me quisieron acompañar hasta encontrar a mi familia que estaba por los alrededores y solicitaron los servicios de atención ciudadana que me ofreció el apoyo de un sanitario.
Aparentemente todo normal, pero no lo fue. La forma de atención me hiso ver que no estaba solo.
Lo más importante para el hombre es no sentirse solo. Decía Thoreau que él tenía en su casa tres asientos, uno para los amigos, otro para las visitas y un tercero para la soledad, porque no hay mejor interlocutor que la soledad.
La soledad rompe el matrimonio, plagado de reglas enfrentadas al erotismo. Por eso surgen las dobles vidas, como ve César Antonio Molina en “Tan poderoso como el amor”.
En Belle de Jour, la novela de Kessel, lo refleja Buñuel a través de Catherine Deneuve que busca el placer transgresor en sus citas, a caballo entre el amor y la muerte, entre el “eros y el tánatos” del emperador Trajano en Capri.
Ese alejamiento de lo social y el enfrentamiento a lo banal de los cuerpos, nos acerca a la soledad en una vida acostumbrada a la herida, como manifiesta en su bello poemario Elvira Sastre.
Unos pensarán que es exceso de paternalismo usándolo como arma ideológica en los tiempos que corren, porque en el fondo no se comprende que el sacrificio no acabe en la muerte cruenta de Bataille.
Los dos policías municipales me apartaron de la soledad. Lo agradezco desde el corazón.
@2022 – Todos los derechos reservados. Diseñado y editado por YRG Comunicación & Emociones