Cerca de mi trabajo, en Madrid, en un jardincito, hay un olivo y al lado una placa puesta por la misión diplomática Palestina hace ya 40 años.
La placa reza:
“Sobre esta tierra hay por qué vivir: Sobre esta tierra señora de la tierra, madre de los inicios y madre de los finales. Se llamaba Palestina. Se sigue llamando Palestina.
Mi señora: yo tengo, porque tú eres mi señora, tengo por qué vivir. Mahmoud Darwish.
Los niños deben vivir sobre todas las tierras, los niños son la tierra, porque son la patria que sienten los padres, donde están ellos está la familia, sus piececitos y risas son la tierra que anhelamos.
La tierra es madre, ancestral enraizamiento con el hombre, visceral unión desde el nacimiento y acogedora como vientre. La tierra es madre de la tierra.
Hoy hay varias guerras en el mundo y siempre se lucha por la tierra, por ocupar un espacio, un lugar, los hombres y mujeres mueren y matan y tiñen de sangre la tierra que les acoge en su último suspiro.
La tierra absorbe la sangre de sus hijos y gime por tanta desolación y tristeza y aúlla de dolor por aquellos que ama y ve caer.
La tierra no entiende de guerras ni de enemigos ni de bandos pues abrigará a todos en la noche final.
Los niños no deberían morir por odio, los hombres y mujeres no deberíamos matarnos por pisar una tierra que a fin de cuentas no es nuestra, las sociedades modernas deberían parar toda lucha, toda guerra, pues la tierra nos ha sido prestada efímeramente y ella nos abrigará a todos.
Sobre toda la tierra hay por qué vivir: extraordinario regalo aún en los peores momentos de nuestra existencia, hay que amar la vida, saber perdonarse y perdonar, nadie tiene derecho a matar a un niño, nadie tiene derecho a matar la tierra, pues si matas un niño, matas la tierra.
La tierra se une con el cielo por el puente que forman las almas de los muertos y los niños, dejan en él, con las huellas de sus pies, pisadas inocentes mientras el mundo atónito, avergonzado y condescendiente observa la destrucción y matanza sin hacer nada.
Todos tenemos por qué vivir y todos somos niños desvalidos jugando sobre una tierra que no nos pertenece. Por favor dejen de matar niños, dejen de matar a la tierra.
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